AGILA II, Conde en Liébana, abuelo de Pedro de Cantabria, el rey que nunca se rindió.
Agila II quedó en la Historia por haber sido el último Rey Visigodo en defender y gobernar Hispania durante los 3 años de la invasión musulmana de 711, tratando de frenar las oleadas de Tarik y Musa. Tarik terminó su primera ola épica pactando en Astorga con los Astures, poco tiempo después del «plato fuerte» que fue Amaya, recorriendo esos 180 últimos kilómetros en el año 713. Achila pasó sus 3 años de reinado tratando de retrasar la invasión de Hispania y seguramente acabó muriendo defendiendo al último sistema defensivo consistente de Hispania: la muela de Peña Amaya donde estuvieron atrincherados los cántabros.
El año en el que muere el Rey Achila II: 713, coincide con la toma de Amaya, última etapa disputada de la primera fase de invasión de Tarik, no deja dudas de que fuese último cerbero de Hispania con los cántabros.
Hasta hoy, los únicos datos seguros de este monarca visigodo que teníamos eran algunas monedas acuñadas a su nombre en las cecas de Narbona (1), Gerona, Tarragona y Zaragoza, así como su mención en el Laterculus regum Visigothorum (“Lista de los reyes visigodos”). Es una breve cronología anónima, probablemente redactada en Toledo hacia el año 741, que enumera los reyes visigodos desde Alarico I hasta Rodrigo. Pero la edición de Mommsen en los MGH (2), es la versión crítica de referencia utilizada por casi todos los historiadores modernos del reino visigodo, de aquella famosa Lista de los reyes visigodos que incorpora elementos olvidados por la historiografía oficial española. En este texto poco utilizado por los historiadores españoles, Agila figura como inmediato sucesor de Witiza (muerto en 710) con una actuación defensiva de tres años a partir de la invasión, sin ser mencionado ni siquiera el reinado provisional de Rodrigo.Este latérculo situaría la muerte de Agila entonces en el año 713.

Hasta ahora, algunos historiadores habían pretendido identificar a este Agila con uno de los dos hijos de Witiza mencionados en un parágrafo de la Crónica del Moro Rasis contaminado con la Crónica sarracina de Pedro del Corral, y al que se da el nombre de Elier. Resulta muy problemática la credibilidad de esta fuente, cuando ni siquiera es seguro que la Crónica del Moro Rasis se basa en una versión auténtica de la obra histórica del cordobés Ahmad al-Rāzī (fallecido cerca de 961). Es más, la irreductible tradición de la historiografía hispanoárabe representada por el Ajbār Maymū’a, el Fath al-Andalus y por Ibn al-Qūtiyya (muerto en 977) sobre los hijos de Witiza, no transmite nombre alguno que pueda reducirse a Agila, pudiéndose tan sólo suponer en base a las primeras la existencia de un pariente de Witiza llamado Ega. En fin, los datos seguros sobre el reinado de Rodrigo y los antes mencionados de Agila II convierten en muy inverosímil una relación de parentesco entre este último y el rey Witiza.
Sin embargo, ha salido a la luz en agosto de 2025 un estudio onomástico extremadamente rebuscado de Esteban Aparicio Bausili (La genealogía de Pedro de Cantabria en el Tumbo Lebaniego») sobre este linaje de máxima confianza de los Reyes Godos durante todo el Siglo VII. Pedro de Cantabria fue Duque (Dux) de Cantabria y también Princeps Militiae, es decir comandante supremo del ejército de Égica y Witiza. En esta genealogia, el Conde Achila (Comité Aquilo) es el padre de Didaco (Diego) y abuelo de Pedro de Cantabria (3). Pedro es es un personaje clave de la Historia de España, al estar en cargo de la defensa de Hispania justo antes de la invasion, pero también por ser el padre de Alfonso I y Fruela, que fueron los impulsores de la Reconquista desde Liébana. Pedro es primo segundo de otro Dux – Favila – que fue a gobernar Galicia en tiempos de Witiza, mas conocido por ser el padre de Don Pelayo. Aquí puede ver esta extraordinaria genealogía de este linaje de Liébana que defendió España todo lo que pudo, y que fue el origen de la Reconquista.

Entre la muerte de Witiza y la irregular promoción al trono de Rodrigo transcurrió un largo interregno superior al medio año, pero Rodrigo muere en Guadalete en 711 poco tiempo después de llegar al poder. Agila II toma el relevo en medio de la desbandada general. Le dio tiempo de acuñar las monedas encontradas en las regiones nororientales del reino godo: Septimania, Cataluña y valle del Ebro, donde al parecer hubo intentos desesperados para frenar la expansión musulmana. Por otro lado, también es significativo que la campaña de Tarik, tras la derrota y muerte de Rodrigo y su ejército, no alcanzase las tierras que se supone bajo el dominio de este Agila II. Tan sólo serían las olas de ataques de Muza con nuevos refuerzos a finales del 711 la que permitiera penetrar ya en el valle del Ebro, conquistar Zaragoza, llegar hasta la costa mediterránea catalana y poner de este modo final al reinado de Agila II que debió morir defendiendo el reino de Hispania como su nieto Pedro Dux.
AGILA es la historia del abuelo que se convirtió en rey para empuñar la espada cuando todos la habían tirado al suelo, y ayudar a su nieto cuya misión era defender el reino.
Es conmovedor saber que al final un abuelo coje la espada a una edad muy avanzada (con quizás más de 70 años), para ayudar a su nieto Pedro Duque de Cantabria, en un intento desesperado de frenar la invasión. Es la conclusión que se impone a nosotros porque curiosamente las monedas de Agila II han aparecido todas ellas en contextos arqueológicos que muestran rastros de una destrucción violenta o tienen un claro carácter militar. Agila II no fue el primer Rey en demostrar tanto vigor a una edad tan avanzada. Chindasvinto tenía unos 64 o 65 años cuando subió al trono, con unas políticas vigorosas, por no decir fogosas, con su propia nobleza.
Agila II acabaría probablemente muriendo en estas primeras oleadas de Tarija o Misa, seguramente en la defensa de Amaya o de Zaragoza, con su propio hijo Didaco (Diego), y su nieto Pedro. Asi vemos que el año de su muerte (713) parece coincidir con la toma de Amaya, no disponemos de pruebas para confirmar esta hipótesis pero parece lógico que esta familia, al servicio de la defensa del Rey y su provincia, muriese en el único enfrentamiento documentado con los moros en Cantabria. Después del periodo guerrillero de 25 años de su pariente Don Pelayo que sale poco de Cantabria, sus biznietos Alfonso y Fruela serían los primeros en reconquistar el terreno perdido, restableciendo las fronteras del Ducado de Cantabria como pueden verlo en este mapa:

La Crónica Rotense, nos da el itinerario preciso de estos dos hermanos Alfonso y Fruela biznietos de Agila, que había sido el último hispano en defender a su patria : «Eo tempere populantur Primorias, Lebana, Transmera, Supporta, Carranza, Bardulies quae nunc appellatur Castella, et pars marítima Gallaeciae. Alaba namque Bizcai, Alaone et Urdunia a suis incolis reperiuntur semper esse possessae, sicut Pampilona, Degius est, atque Berroza». La prioridad absoluta de Alfonso I, en esta primera fase, fue restablecer las fronteras del Ducado de Cantabria que custodiaba su padre Pedro Dux y que fue defendido hasta la muerte por su bisabuelo Agila: Primorias, Liébana, Trasmiera, Soporta, Carranza, la Bardulia (Castilla primitiva). La segunda etapa seria conquistar la parte martima de la Galicia (que abarcaba el norte de la Asturia), y despues toda la zona vascona y navarra. Pero sería otra historia, la historia de la Reconquista, que empieza en Liébana con las primeras expediciones para avistar el moro de un «quidam Pelayo«…
La reconquista de un país y la revancha de una familia extraordinaria.
Bibliografía
(1) 1952 The Coinage Of The Visigoths Of Spain – Leovigild To Achila II Illustrated, y también en la tesis «LA MONEDA VISIGODA: ANEXO I THE VISIGOTH COINS»: de Ruth Pliego
(2) Mommsen, Theodor (ed.) Laterculus regum Visigothorum. En: Monumenta Germaniae Historica (MGH), Auctores Antiquissimi, t. XI: Chronica minora saec. IV.V.VI.VII. Berlín: Weidmann, 1894, pp. 468–469.
(3) Carta de»Omes buenos que fundaron Yglesias» (sin fecha pera con contextualizacion probada de los personajes de la carta en el siglo VII), proviene del Cartulatio de Santo Toribio de Liébana. Dice esta carta: «Comite Aquilo abuit filios in Didaco…Didaco abuit filios in Petrum…Adefonsus Froilane…». Este estudio confirma la genealogia de Pedro de Cantabria, realizada primero por Moriarty en 1985, y Christian Settipani en 2017 en su «Etude des Rois Merovingiens».
