Fruela I, el ultimo Duque de Cantabria

Fruela I, el ultimo Duque de Cantabria
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Entre los fundadores cántabros del Reino de Asturias, sin duda fue Fruela I (757–768) el que dejó una profunda huella en la Historia. Hijo del Alfonso el nieto del Duque de Cantabria , Fruela encarnó tanto la continuidad dinástica en la lucha contra los moros, como el rostro más duro del poder regio, en una época marcada por la violencia de la invasión musulmana. 

Heredero del Ducado de Cantabria

Probablemente nacido en Liébana donde se casarian los padres o Cangas de Onís, la primera sede regia del incipiente reino, Fruela fue fruto de una alianza entre dos linajes claves: los descendientes de su abuelo paterno: Pedro, duque de Cantabria, y de su abuelo materno astur, Pelayo. Cuando se refugio Pelayo en Cantabria después de que la Asturia quedase invadida por los mahometanos, Pelayo se encontraria con los Duques de Cantabria manteniendo un centro de poder operativo en Liébana, y Pelayo que fue hijo de otro Dux, Favila de Galicia, consiguio casar su hija con Alfonso, el hijo del Dux de Cantabria.

Aunque a veces se le menciona como «Rey de Asturias», no se sabe si ostentó algun dia ese título regio porque su accion fue la continuacion del Ducado de Cantabria, y de su padre Alfonso. seguramente Fue llamado posteriormente rey de Asturias, sucediendo a su padre tras su muerte en 757.

Un reinado de hierro: represión, batallas y traición

La figura de Fruela I aparece en las crónicas medievales como la de un gobernante áspero, autoritario y violento. Su reinado estuvo marcado por una serie de acciones contundentes que dejaron huella:

  • Reprimió revueltas en Galicia y entre los vascones de Álava, extendiendo el control real sobre territorios periféricos del Ducado de Cantabria, con la Asturia bajo el capitaneo de Silo su cuñado.
  • Luchó contra tropas musulmanas supuestamente enviadas por Abd al-Rahman I, a las que habría vencido en un lugar llamado Pontuvio (ubicación no confirmada). Capturó a un comandante llamado Umar y ordenó su ejecución.
  • Llevó a cabo una reforma eclesiástica, prohibiendo el matrimonio de los clérigos y forzando a los ya casados a separarse, según fuentes tardías. Pero mantuvo el Rito Visigodo en vigor desde Recaredo.
  • Asesinó con sus propias manos a su hermano Vimarano, al que consideraba colaboracionista con los moros y manipulado probablemente por su cuñado mozárabe Silo. Este fratricidio detonó una conspiración del clan de Silo que acabó con el asesinato del propio rey en Cangas de Onís en 768, lo que finiquitó el Ducado de Cantabria en un baño de sangre depués de siglos de existencia.

Oviedo y Pedroso: las huellas materiales de Fruela

A pesar de su fama de dureza, Fruela también dejó un legado institucional:

  • Fundó el monasterio de San Vicente en Oviedo, que siglos después se convertiría en catedral y germen de la futura capital del reino. Allí fue enterrado junto a su esposa Munia de Álava, una noble de origen vasco con la que había sellado una alianza estratégica.
  • A Fruela se le atribuye la fundación del monasterio femenino de San Miguel de Pedroso, en el extremo oriental del reino. Este lugar es considerado uno de los primeros “conatos repobladores” en tierras hoy burgalesas. No obstante, el documento que recoge su fundación —preservado en el Cartulario de San Millán de la Cogollaes una copia posterior del siglo X, por lo que su autenticidad como fundación real directa sigue en duda.

Su legado: Alfonso II el Casto

El hijo de Fruela y Munia, Alfonso II el Casto, decidió crear un reino nuevo en el lugar preciso donde su padre Fruela fundó el templo de San Vicente, en lo que seria Oviedo después, lejos de la decadencia mozárabe de Pravia, y reanudando con la politica de hostilidad a los moros, como su padre. Reinaría durante casi medio siglo (791–842), consolidando el reino y vinculándolo a la herencia visigoda. A él se debe la creación de una nueva Hispania, reunudando con la Reconquista, siguiendo la tradición católica hispana de Elipando en vigor desde Recaredo, iniciando las peregrinaciones a Compostela y la construyendo una nuva cuidad Oviedo como capital del nuevo Reino de Asturias.

Fruela, por tanto, fue un monarca fundamental, aunque incómodo: un rey de hierro en tiempos de fragilidad, que prefirió la autoridad sin concesiones a la diplomacia. Su figura encarna la dureza de los primeros tiempos del Reino de Asturias, cuando gobernar era, sobre todo, sobrevivir y consolidar.

Henry

Mucha inteligencia artificial, y un poco de la natural... Enamorado de Liébana y aficionado a la Historia. Coordinador en La Voz de Liébana

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